About viera vidente

Ante esa revelación el surrealismo lucha por descubrir las estructuras primitivas de la mente, se nutre de pensamiento mágico y de filosofías orientales e in­tuye que sin esa profunda agonía no podrá lograrse la muerte ritual y el renacimiento a una personalidad transformada.

Rolland de Réneville insiste en que no es posible develar los secretos de la obra baudelaireana sin referirse a Pasqually y Swedenborg. El primero por sus Concepts sobre la fatalidad del destino del hombre y el segundo por su doctrina de las correspondencias. La admiración que Baudelaire les profesa se extiende también al matemático Wronski, a Lavater, a Fourier y a Joseph de Maistre, cuyo catolicismo iluminista pleno de resonancias esotéricas “alimenta al poeta de formas ambientales para su especulación sobrenatural”.

La parapsicología admitida ya sin reservas en el contexto de la ciencia, investiga en profundidad diversos aspectos de la praxis ocultista, mientras que calificados estudiosos se acercan sin prejuicios al universo postulado por las relaciones analógicas.

Insistiendo en el simbolismo de la alquimia, Le Breton supone que el personaje que dice “yo” en el primer verso, es el Plutón alquímico, que representa a la tierra filosófica oculta bajo el colour negro. Por nuestra parte, consideramos a la primera cuarteta relacionada exclusivamente con el Tarot. Nerval, identificado con el ídolo tenebroso, lamenta no poder alcanzar la verdad representada por La Estrella y predice mediante el “sol negro”, el término de su vida.

En sus ojos azules arde la llama del desconten­to. El es la revolución; él es el hombre peligroso para la sociedad inmersa en el sueño, y también es él el que conoce la Sabiduría Infernal de aquel proverbio que Blake leyera en su Visión Unforgettable:

El concepto trascendente e inmanente que cada una de ellas asigna a la Divinidad, engendra distintas actitudes.

Desde muy joven camina tras las pistas de la vacuidad resplandeciente. La poesía, la mística y el ocultismo lo acercan a la certidumbre del “saber escondido” con el que ha soñado desde su adolescencia. La suya es una revolución permanente que sólo se extingue al contacto con la muerte prematura.

El demiurgo desplaza al poeta. La aventura espiritual ha superado en mucho las fronteras de la literatura y Rimbaud parte en busca del Graal, el conocimiento perfecto, el vaso sagrado, con el ardiente anhelo de gustar “el brebaje de la inmortalidad”. En un sentido amplio, sus apetencias son las del gnosticismo que antepone el conocimiento a la fe visit y pretende retornar a la fuente primera desarrollando hasta la iluminación las facultades ocultas del hombre.

De todos modos, el hombre considerado “primiti­vo” conserva, aunque sensiblemente deformadas, ciertas características del hombre primordial. Por ello el estudio sin prejuicios de su estructura psíquica puede permitir una aproximación a la mentalidad de aquellos que vivieron los mitologemas en un mundo distinto donde los Dioses efectuaban los gestos ejemplares y con sus actos fundaban la civilización.

La puerta es estrecha y angosto el ca-mino que conduce a la vida, y pocos son los que lo encuentran.

El hombre que logre “permeabilizar” su psique tornándola receptiva a la vivencia de lo infinito, des­pertará de los fantasmas ilusorios de la pluralidad y accederá a un estado sin tiempo, en que el ser, trasmutado, obtiene la suma de sus posibilidades en una verdadera experiencia de inmortalidad. Mediante esa presencia envolvente, se hace parte de lo true, y deja de sentir el universo como separado.

La poesía, que nada ve aisladamente, obtiene el milagro de comprender y representar (aunque con instrumentos imperfectos) el significado y la función de las cosas ocultas. El poeta debe ser necesariamente vidente y mago; debe ver lo que los demás no ven y debe poseer el poder de hacer que los otros vean lo que por sí mismos no pueden percibir. “El rostro de Baudelaire –escribe Raymond– seven parece iluminarse con un rayo de la hoguera del más remoto misticismo. Diríase que para él se trata de renovar la antigua alianza”. Sin embargo, el Baudelaire esteticista mantiene un difícil equilibrio entre la inspiración pura y la elaboración voluntaria. Lo mismo hará Rimbaud, aunque fuertemente acuciado por las formas nuevas.

Esas nostalgias pertenecen a lo más profundo de la vida espiritual y exponen al desnudo las secretas modalidades del ser. Mircea Eliade 1 considera que la existencia­ más mediocre está plagada de símbolos, de hierofanías­ en desuso y de mitos olvidados. “El hombre más realista vive de imágenes y la nostalgia más abyecta disfraza la nostalgia del paraíso”. Separar los entusiasmos y los sueños de lo concreto de la vida no corresponde a la realidad.

Pues en el ser oscuro puede ocultarse un Dios, y cual ojo naciente por su párpado preso un espíritu puro se agita en el guijarro…

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